La ecología afecta a todos los aspectos de nuestra vida diaria. Más que un estilo de vida, es una forma de pensar y cuidar nuestro entorno y nuestro cuerpo, comprometiéndonos como ciudadanos. Es fácil decirlo y leerlo, pero cuando queremos empezar, no siempre sabemos por dónde hacerlo. Aquí compartimos una guía simple para incluir un poco más de ecología en nuestra vida diaria. ¡Empecemos!
Ecología paso a paso
¿Por qué? Cuando pensamos en la fast fashion, el vecino que tira su colilla en la calle y la industria de los combustibles fósiles, podemos llegar pensar que nadar contra la corriente no sirve de mucho. Pero, si nos tomamos un momento para reflexionar, nos daremos cuenta de que los grandes movimientos sociales siempre han comenzado con individuos que, de forma individual, han decidido cambiar ellos mismos antes de querer cambiar el mundo. Adoptar un comportamiento más ecológico significa estar en línea con nuestros valores, dirigirnos hacia una vida más significativa y, sobre todo, sentirnos activos en nuestra vida diaria. Actuar cuando y donde podamos.
¿Y concretamente? En realidad, no todos estamos preparados para dejarlo todo y vivir en una casa diseñada de forma ecológica con total autonomía energética, pero los habitantes de ciudad también podemos desarrollar una ecología urbana en línea con su estilo de vida. Sí, podemos ser un poco más ecológicos sin perturbar todas nuestras costumbres. Todo comienza con pequeños actos simples y asequibles.
Ecología en la cocina
Evita los productos desechables e invierte en productos reutilizables: para esto, los BeWrap que reemplazan el plástico y el papel de aluminio, las cajas de almacenamiento reutilizables o incluso las esponjas, los filtros de café y las toallas de tela son alternativas ecológicas y económicas.
Acabar con las botellas de plástico: Existen diferentes formas de filtrar el agua y evitar comprar agua embotellada, si eres de los que no bebe del grifo, por ejemplo: filtro de cerámica y carbón, jarra filtrante, purificador de agua, etc.
Hacer una separación selectiva: todo el mundo lo conoce, pero ¿sabes (bien) cómo hacerlo? Se separan los envases de plástico, los cartones, el vidrio, los residuos orgánicos en los contenedores correspondientes... todos conocemos esa parte. Pero... ¿qué hacer cuando dudamos? ¡Ahora puedes preguntarle a Chatgpt!
Cubre tus ollas y sartenes durante la cocción: así evitarás la pérdida de calor y podrás cocinar más rápido, utilizando menos energía.
Para limpiar…
Hacer tus propios productos de limpieza o elegir los más naturales: el detergente, las pastillas para lavavajillas… existen versiones biodegradables y responsables y/o fáciles de fabricar uno mismo. El vinagre blanco, el jabón negro, la piedra de arcilla y el bicarbonato de sodio pueden hacer frente a casi todo y ¡son productos 100% naturales!
En el jardín (o en el balcón)
Recoger agua de la lluvia o después de cocinar para regar las plantas.
Hacer compost: cáscaras, pequeños trozos de cartón, esas frutas olvidadas en el fondo de la nevera… tienes gran potencial para crear tierra fértil y plantar un pequeño tomate.
Hacer tu propio huerto.
En el baño
Utiliza productos naturales: sin contaminantes.
Usa productos sólidos o recargables.
Utiliza un cabezal de ducha con chorro ajustable: un cabezal ecológico que permite reducir hasta un 60% el volumen de agua utilizado, manteniendo una presión adecuada. Si alguna vez has estado en Asia, seguramente sabrás de qué hablamos ;)
Coloca una botella de agua en la cisterna del inodoro: esto permite reducir el volumen de agua utilizado en cada descarga y ahorrar de 1 a 2 litros por descarga (ya que, para información adicional, una descarga de inodoro consume en promedio 9 litros de agua, lo que equivale a unos 36 litros de agua por día y por persona).
En general
Comprar una regleta con interruptor: que permite apagar todos los aparatos eléctricos de una sola vez durante la noche o cuando no se está en casa ¡y ahorrar electricidad!
Elegir un proveedor de energía verde: instalar paneles solares sigue siendo muy costoso y no es adecuado para todos. Para marcar la diferencia sin salirse del presupuesto, hay proveedores de energía renovable y local, a veces incluso más baratos que los proveedores tradicionales.
Reparar los electrodomésticos.
Elegir dispositivos recargables en lugar de pilas.
Considerar la segunda mano: para amueblar su hogar, comprar un teléfono o incluso llenar su armario.
Lavar la ropa a baja temperatura y secarla al aire libre.
Evitar productos plásticos y sobreenvasados.
Elegir la bicicleta o el transporte público siempre que sea posible.
Viajar de manera responsable
Tomar el tren o el barco en lugar del avión (si es posible, ¡ya es un viaje antes del viaje)!
Adoptar el hábito del carpooling, compartir coche puede ser divertido, y ahorrarás dinero a la vez que contaminas menos.
Interesarse por las etiquetas de turismo ecológico.
Durante las compras
Comer menos carne.
Evitar el aceite de palma: y los productos cuya producción plantea un problema ético y ambiental.
- Comer local, orgánico, en circuito corto y de temporada. Consumir etiquetas de confianza: evitar el green-washing alimentario.
Valorar productos salvándolos del desperdicio: como hacemos en Bene Bono ofreciendo cestas de frutas y verduras orgánicas, francesas y salvadas del desperdicio.
Llevar tu propia bolsa de la compra y reutilizar las bolsas de papel para productos a granel.
Juntos, estos esfuerzos son considerables para avanzar hacia un planeta un poco más verde. ¡Bien hecho, estás completamente listo!
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