Hablamos del desperdicio de alimentos habitualmente porque es nuestra razón de ser: es lo que nos toca más de cerca. Pero en términos concretos, ¿cuál es el impacto de estos productos que acaban en la basura? ¿Cuándo podrían consumirse? Abrocháos los cinturones, ¡Os llevamos de excursión por el desperdicio de alimentos y sus consecuencias!
DESPERDICIO ALIMENTARIO: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO EXACTAMENTE?
Empecemos con un recordatorio: el desperdicio no son solo las sobras de la comida que tiramos, los restos de yogur que van a la basura o el queso olvidado en el fondo de la nevera, ¡ni mucho menos! Aunque un tercio del desperdicio es causado por los consumidores, no somos los únicos culpables.
Sobreproducción, mala gestión de las existencias o incumplimiento de la cadena de frío: los implicados en la producción y la distribución también tienen gran parte de responsabilidad.
Aunque la primera imagen que viene a la mente cuando se habla de desperdicio de alimentos suele ser una pieza de fruta pasada y abandonada, las frutas y hortalizas no son los únicos alimentos afectados. Los productos lácteos, las bebidas, la carne, el pescado o los cereales también se tiran en grandes cantidades.
En Europa se desperdician 88 millones de toneladas de alimentos al año, es decir, 241 mil toneladas al día. A escala mundial, ¡se calcula que se desperdicia un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano! Son muchas zanahorias torcidas en la basura.
EL TERCER PAÍS MÁS CONTAMINANTE 🥉
Para producir, envasar, transportar y cocinar nuestros alimentos se utilizan muchos recursos, desde electricidad hasta materias primas. Al tirar estos alimentos, ¡es como si tirásemos todos estos recursos al mismo tiempo! Además, estos residuos no desaparecen sin más: los vertederos y las incineradoras generan mucha contaminación atmosférica, terrestre y marina.
La huella de carbono de los residuos alimentarios es, por tanto, enorme: representa el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo. En comparación, es casi 10 veces el volumen total emitido por España. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación): si los residuos alimentarios fueran un país, serían el tercero más contaminante. ¡Sólo por detrás de China y Estados Unidos!
El desperdicio de alimentos es también un derroche monstruoso de agua. Por ejemplo, una barra de pan que no se vende y que se tira, habrá necesitado 200 litros de agua para fabricarla, el equivalente a una bañera llena hasta los topes.
En total, los alimentos desperdiciados cada año representan una pérdida de 250 km3 de agua, o treinta veces el Lago Ness. ¡Nessie 🦕 no debe estar contenta!
DESPERDICIO DE ALIMENTOS Y DERROCHE DE DINERO
Con una media de 30 kg de alimentos tirados a la basura -incluidos 7 kg aún envasados 😱 - por persona y año (es decir, una comida cada semana), el coste es elevado para los consumidores. El desperdicio nos cuesta cada año unos cien euros por persona: ¡el equivalente a la compra de una semana en un hogar con niños!
Ya sea por una clasificación demasiado estricta, una mala manipulación que daña los alimentos o un mal envasado, los agricultores también se ven obligados a tirar parte de su producción, lo que reduce de facto sus beneficios.
MENOS RESIDUOS, MÁS COMPARTIR: UNA CUESTIÓN ÉTICA
Quién no ha oído de niño la famosa frase "¡termínate la comida, que hay mucha gente que pasa hambre en el mundo!" Resulta que nuestros padres no se equivocaban: con sólo la mitad de los alimentos que desperdician cada año los paises más afortunados, podríamos alimentar a todas las poblaciones que sufren desnutrición.
No vamos a decirte que que te termines tu plato de espinacas terminaría con el hambre en el mundo. Sin embargo, el desperdicio de alimentos plantea sin duda una cuestión ética: ¡sólo en España, más de una de cada diez personas tiene dificultades para alimentarse correctamente cada día!
Se prevé que en 2050 la población mundial alcance los 9.000 millones de personas, por lo que ya es hora de acabar con el desperdicio de alimentos para que todo el mundo pueda comer correctamente.
LUCHAR CONTRA EL DESPERDICIO, ¡UN RETO COLECTIVO!
En nuestros hogares, los alimentos se desperdician a menudo porque no se almacenan adecuadamente o porque ya ha pasado su fecha de caducidad. Sin embargo, hay formas sencillas de evitar tirar alimentos que podrían haberse consumido:
Antes de ir a la compra, haz un inventario de tus alimentos para evitar comprar cosas que ya tienes en la despensa.
Haz una lista de la compra, o mejor aún: planifica tus menús con antelación para comprar sólo los alimentos que necesites.
Compra las cantidades adecuadas a granel o por porciones.
Utiliza las sobras en tus recetas anti desperdicio o congélalas (práctico para cenas en las que te de pereza cocinar 😴 ).
Guardar los productos frescos con la fecha de caducidad más próxima en la parte delantera del frigorífico.
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